The White Stripes Get Behind Me Satan Miércoles, 07 de Junio de 2023 (Publicado originalmente en 2005) 2005. V2 Records Exorcizar sus demonios y sacarle la vuelta a ellos parece ser la consigna de Jack White para escribir este arriesgado disco sin repetirse así mismo. Es que el hombre orquesta decide darle una derechazo a aquellos aristas que apuestan por lo seguro luego haber tenido un best seller de alcance mundial o que transan con su integridad artística con tal de conseguir el éxito. Quizás por allí también camine la referencia al título del disco. El comienzo de ’Blue Orchid’ como que tiene esa familiridad sonora a la que estamos acostumbrados de la banda, pero con cierto toque de modernidad. El sonido procesado de la guitarra, el falsete vocal de Jack y la simplicidad en el toque rítmico de Meg es una efectiva combinación. Es lo que el escucha promedio debía esperar de ellos. El single facilista para ser hit. Pero a partir de allí las cosas van a cambiar. Y en demasía. ’The Nurse’ solo conserva contadas notas de guitarra en distorsión y una batería desaforada por momentos. El resto es solo voz con marimba lo que marcan el entorno oscuro y paranoico de la canción. Esa identidad cuasi infantil de ’My Doorbell’ y que muchos dirían vergonzosa, es lo que en realidad viene a darle una alegoría muy ganchera y peculiar; cuasi pegajosa diría yo. Mientras que en ’Forever For Her (Is Over For Me)’ sigue esa ausencia de guitarra eléctrica en favor del piano y sonidos más acústicos. Quizás tenga las letras más personales de White en años, al ser prácticamente una declaración de culpa al final de una relación. En ’Little Ghost’ transitan el camino del bluegrass más norteamericano, con banjo y aires montañeses, puede ser una remisencia del trabajo de Jack al haber producido el último disco de la cantante country Loretta Lynn. Algo que quizás continúe en el folk acústico de ’As Ugly As I Seem’. En todo este primer tramo se nota claramente el ’detour’ sonoro que proponen los White en este trabajo. Un giro de tuerca comercialmente hablando y para nada complaciente. Muy jugado, apoyándose en su integridad sonora sin entregar la previsible continuación del ‘Elephant’. Es un rescate de los sonidos más norteamericanos de los 30s o 40s (country, delta blues, R&B, soul), tal como lo hizo Moby y sus sampleos en el 2000 con ’Play’. 'The Denial Twist' es un corte como tomado de los primeros días de Motown, un anti-Motown diría yo por sus irónicas letras. Un piano en primer plano que lleva la canción tal como el ’Hard To Handle’ de Otis Reading, tan marcado y entrecortado. Con un beat muy negro y entrecortado. Sublime. En ’White Moon’ regresan a una faceta más minimalista con solo voz, pandereta y piano. Para ’Instinct Blues’ retoman al sonido más familiar, un blues crudo, directo y con Jack fraseando y fraseando sin darle interés al contenido. Pero es con ’Passive Manipulation’ donde los ’hermanos’ juegan a la provocación. Esta vez con una sensual Meg en las vocales solamente acompañada por piano y pandereta, donde juega con un repetitivo e incestuoso verso. Clara intención de ellos para alimentar el fuego sobre su extraña relación. Ironía pura en pocas líneas. En el modernizado blues de ’Take, Take, Take’, se muestra la fetichista obsesión del White mayor sobre la diva hollywoodense de los 40s Rita Hayworth y un imaginario encuentro con ella, del cual hace un recuento de lo sucedido. Con la acusatoria ’Red Rain’, Jack retoma ese espíritu bien Plant en su voz (para mayor referencia, ’Dead Leaves And The Dirty Ground’) y donde los Stripes juegan con los tiempos, marcados por la ambivalencia sonora de la guitarra (rockera y blusera a la vez), adecuadamente de vuelta a un lugar preponderante. El cierre de ’I’m Lonely (But I Ain’t That Lonely Yet)’ tiene una intro en piano con un gran guiño al ’Changes’ de Sabbath. Pero es solamente White a piano y voz cantando de manera muy campechana, donde otra vez juega sobre el incesto, la familia y la búsqueda de alguien que lo saque de esa soledad. Con ’Get Behind Me Satan’, los Stripes cambian el enfoque minimalista de sus composiciones tornándolas un poco más complejas de lo habitual. Esto fuera de la profundización y reivindicación de un sonido de lo más profundo sacado de los baúles de Norteamérica. Este giro sonoro también puede ser tomado como un acto de rebeldía y de respuesta a los que los tildaban de oportunistas al colgarse de ese vendaval de inicios de década llamado ’nü-rock’ al darle una nueva veta a su propuesta musical. Mas bien utilizan esa diversidad de estilos para que Jack White desfogue sus tormentos personales. Ecléctico es la palabra que definiría este trabajo, esa experimentación puede costarle algunos fans pero puede hacerles ganar otros. Finalmente, queda claro que los White morirán con las botas puestas manteniéndose fieles a sus principios, y eso en estos días es plenamente válido. Este disco es la prueba de ello. Oscar García Verástegui Tags #The White Stripes # 2005 # Jack White # Meg White #Get Behind Me Satan Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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