25 años de Escalandrum: con el corazón abierto

Banda única en su especie, que fusiona tango, jazz contemporáneo, folklore, rock y música clásica, los argentinos de Escalandrum han sabido renovar la música de su país con una propuesta que es una síntesis muy única de todos aquellos géneros. 

 

Actualmente se encuentran celebrando sus 25 años de trayectoria, con múltiples conciertos que recorrerán gran parte de América Latina y de algunos países europeos y que tenemos la suerte se inaugurará este domingo 21 de enero a las 19 horas en el refaccionado Teatro Municipal de Viña del Mar.

 

En la ocasión, el colectivo liderado por el nieto de Astor Piazzolla, el baterista Daniel “Pipi” Piazzolla, hará un recorrido por la obra de su abuelo, pero en una relectura que sin perder un ápice la esencia de la música del renovador más importante del tango contemporáneo, le agrega altas dosis de sentido jazzero, contemporaneidad y pasión. Son los genes y la herencia de uno de los músicos y compositores más relevantes de nuestra América. 

 

Para saber de esta celebración de los 25 años de Escalandrum, de su historia, de sus colaboraciones, del sentido y evolución de su música y, por supuesto, de lo que podremos ver en unos días más en Viña del Mar, conversamos con Daniel “Pipi” Piazzolla.

 

-Hola Daniel, muchas gracia spor darte el tiempo de conversar con nosotros. El espectáculo que presentarán en Chile recrea el álbum “Piazzolla Plays Piazzolla” y además, inaugura la celebración de sus 25 años de trayectoria. Dos preguntas, una más abierta y libre, y otra más específica. Primero, ¿qué significación tiene para ustedes este aniversario como banda? y, segundo, ¿de qué se trata este show, que entiendo inauguran en Viña del Mar? 

 

-Como grupo cumplir 25 años es todo una alegría, sobre todo porque la banda nunca paró, nunca se separó ni tuvo conflictos. Desde el comienzo, a fines de los 90, siempre tiramos todos para el mismo lado e hicimos la música que nos gustaba, con composiciones propias. Así que eso nos pone muy contentos, muy felices y nos hace bien saber que en este largo recorrido seguimos juntos, que todos tenemos familias y compartimos un montón de cosas muy lindas más allá de la música. 

 

El concierto que presentaremos en Viña del Mar, estará todo dedicado a la música de mi abuelo Astor Piazzolla, que hemos recreado ya en tres discos. Entre ellos, “Piazzolla Plays Piazzolla” y “100”. Vamos a interpretar música de todas sus épocas con una mirada diferente, con improvisación, pero obviamente respetando los arreglos originales y lo esencial de esa música. Otro elemento importante, es que el espectáculo será en un gran teatro y Escalandrum se siente muy cómodo en ese tipo de recintos con una acústica increíble. Así que bueno, estamos muy contentos y ahí presentaremos esta propuesta que fue muy importante para el grupo a lo largo de sus 25 años. 

 

-¿Cómo enfocan las inmortales obras musicales de tu abuelo para entregarles una personalidad propia, tal vez, más cercana a un jazz contemporáneo? ¿Cuál es el enfoque que le dan a aquellas piezas, pienso, por un lado, respetando las partituras originales, pero, por otro, dándoles un nuevo sentido estético y sonoridad?

 

-Somos un grupo de jazz y, por lo tanto, en nuestra alineación no hay bandoneón, no hay violín y el approach o el encare musical es más jazzero. Entonces, lo que hacemos es respetar la esencia de esa música y luego utilizar la improvisación, las armonías u otro tipo de ritmos para poder hacer esta música. En lo personal, como baterista vengo tocando tango desde mi primer show cuando tenía 20 años, así que tengo mucha experiencia haciendo tango en la batería y más si es moderno. Eso produce que salgan muchas ideas desde lo rítmico, es decir, desde el contrabajo, la mano izquierda del piano y la percusión. 

 

Los vientos van haciendo la parte del bandoneón los tres juntos, lo que también le da una sonoridad diferente. Lo que tratamos de hacer es cambiar un poco la articulación de lo que es la música de tango, porque bueno, con instrumentos como saxofones, llegamos a tocar con la misma articulación, así medio staccato que, tal vez, puede llegar a sonar un poquito duro desde los vientos, así que tocamos con una articulación más jazzera, más unida, más ligada y eso creo que fue un poco la clave para que Escalandrum esté tocando bien este tipo de música. Además, le sumamos improvisación. Por ejemplo, hacemos una versión de ‘Michelangelo ‘70’ que está en 5x4 y así un montón de cosas nuevas. Tenemos algunos free, por ejemplo, en ‘Escualo’, así que bueno, hay de todo.  

 

 

-¿Cómo dirías que conviven en la obra de Escalandrum distintas músicas, que van desde un jazz vanguardista y música clásica contemporánea, pasando por el tango y el folklor en general, hasta llegar a la música popular argentina y más allá?

 

-La verdad es que Escalandrum se siente bien tocando todo tipo de música. Son los estilos con los que hemos crecido, a todos nos gusta la música popular argentina y también de otras latitudes. Nos encanta el jazz, la música clásica, el folklore, el tango, el rock, así que creo que como nos gusta, todo eso lo podemos hacer de forma natural. No es que estemos descubriendo un estilo, lo que sí es que tratamos de hacer estas músicas que nos gustan y ponerles nuestra impronta. Tal vez más contemporánea, aunque depende siempre de la composición, del arreglo que haya traído Nicolás Guerschberg o de alguna idea de base que se me haya ocurrido a mí. El grupo trabaja muy ordenadamente en conjunto y esto provoca, no sé, que si vamos a hacer música clásica sonamos a nosotros que, me parece, es lo más difícil. Como sea, siempre nos sucede que termina sonando a nosotros y creo que eso es lo más valorable y lindo de Escalandrum.

 

-Hablando de esa relación con la música popular argentina, ustedes hicieron un cover de “No soy un extraño” de Charly García. ¿Cuál es la relación que tiene Escalandrum con la gran tradición del rock argentino: Sui Generis, Almendra, Alas, Invisible, Crucis, Vox Dei, Arco Iris, Serú Girán, Ave Rock, M.I.A., etc. ¿Qué importancia o influencia tiene esta tradición en la música de ustedes?

 

-Nuestra relación con el rock nacional argentino es muy estrecha, porque nosotros nacimos con esa música. La tenemos en la sangre y suena muy familiar, como algo íntimo, propio y que te representa. Amamos nuestro rock, así que por eso también es muy lindo cuando nos toca interpretar algunas músicas de estos grandes compositores de nuestro país.

 

-Hablemos un poco del disco “100” de 2021, homenaje el centenario de Astor Piazzolla. ¿Cómo fue la experiencia de grabar en los emblemáticos estudios Abbey Road, cuál fue el enfoque que le entregaron y cuáles dirías que son sus diferencias fundamentales con “Piazzolla Plays Piazzolla”?  

 

-El disco “100” la verdad que es un álbum muy lindo, la mitad grabado en Abbey Road y la otra en los estudio Ion, que es el más importante de Argentina. Para los melómanos es buenísimo, porque pueden comparar las dos sonoridades, eso está mortal, aunque para mi gusto suenan muy parejos. La diferencia entre “100” y “Piazzolla Plays Piazzolla”, es que en el primero encuentran a un Escalandrum tocando la música de Piazzolla a lo largo de diez años. El disco “Piazzolla Plays Piazzolla” tuvo mucho éxito, entonces estuvimos una década haciendo giras sin parar con ese proyecto y, obviamente, todo aquello suma. No solo le suma a la música de Piazzolla, sino que también a nuestras composiciones nuevas, al encare de nuestros proyectos. Así que lo que pueden encontrar en “100” es eso: un grupo ya experimentado, interpretando una música que, tal vez, cuando lo hacía en “Piazzolla Plays Piazzolla”, lo estaba haciendo por primera vez. 

 

-¿Cuáles dirías que son las diferencias o la evolución musical y sonora que ha tenido Escalandrum desde su debut “Bar los amigos” del 2000 hasta ahora?

 

-En “Bar los amigos” era Escalandrum iniciando su camino, como un grupo eléctrico y haciendo más latin jazz. A partir del año 2001, todo cambió porque nos volvimos acústicos. Después de la crisis del 2001 en Argentina, empezamos a mirar para adentro, a mezclar nuestras propias músicas folklóricas y fusionarlas con nuestras composiciones. Creo que ahí Escalandrum empezó a tener una identidad propia y a sonar como música argentina. Todo eso fue evolucionando, hicimos varios discos así, hasta que apareció “Piazzolla Plays Piazzolla”, que también fue un aporte buenísimo para Escalandrum, porque la música de Piazzolla es la que representa a la ciudad de Buenos Aires, que es donde nacimos todos nosotros. El grupo está en constante evolución y después indagamos en la música clásica, pero la verdad es que fue un proceso en el cual hicimos todo paso a paso, no nos saltamos ningún escalón y creo que eso es lo mejor de Escalandrum.

 

-Tuvieron también la oportunidad de tocar con el guitarrista estadounidense Marty Friedman, asociado a un género que, a primera vista, se ve alejado de ustedes como es el metal. ¿Cómo fue la experiencia de tocar con él?

 

-La experiencia de tocar con Marty Friedman fue hermosa, sobre todo porque él ama la música de Astor Piazzolla y se sabía todos los temas de memoria. Más allá de que estilísticamente el jazz y el heavy metal tal vez no estén tan emparentados, siempre se puede uno acercar desde la impronta, la actitud y desde la manera de tocar. Tanto nosotros nos acercamos al metal y Marty se acercó al tango, y ahí se produjo una química enorme. Con Marty somos grandes amigos, lo hice hincha de River, nos escribimos frecuentemente, así que bueno, es una gran alegría conocer a un ícono de la guitarra mundial y haber podido compartir escenario con él.