Magical Mystery Tour: Un paseo por Liverpool

Como el peregrinar de los fieles a la Meca, la visita a Liverpool es una necesidad para los amantes de The Beatles. Por lo menos una vez en la vida, los fanáticos viajan al encuentro del enigmático comienzo de los jóvenes que cambiarían la dirección de la música popular. Su ciudad natal quedaría en el mapa para su reconocimiento mundial como cuna de la música.

Previamente a la existencia del grupo, Liverpool gozaba de fama propia. Era uno de los puertos más importantes de Inglaterra y fue una de las ciudades que más sufrió -junto a Londres-, los temidos bombardeos alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Intercambio mercantil, cultural, punto de partida hacia nuevos mundos, Liverpool era la joya en el norte del reino. Sin embargo, el tiempo de post guerra fue duro y fue justo el escenario donde John, Paul, George y Ringo esculpieron su particular y aguerrida personalidad.

Diferentes tours operan para llevar a sus fans a recolectar una breve imagen de lo que fuera la vida de estos chicos en las casas que los vieron nacer y crecer. La vivienda de Ringo se encuentra al sur de Liverpool en una zona marginada de casas pareadas victorianas (finales del 1800), hecha en sus comienzos para la clase proletaria, y se mantendría así hasta hoy. Es más, una parte del área está bajo amenaza de demolición. Es un barrio de carencias, pobreza, desesperanzas y de cerveza en pintas en el pub local. De aquí es el edificio ícono que apareciera en la portada de su debut como solista, "Sentimental Journey". Ringo era tal vez el más pobre de los Beatles junto con George. Éste vivía en las mismas condiciones, aunque en 1949, la familia se cambiaría a una vivienda ofrecida por el departamento ayuda social del municipio. En ambas casas vive gente común y corriente, la que continúa con su vida de manera normal, y el resto parece ser solo anecdótico, aunque suma algo de plusvalía a la propiedad.

Paul nos da la bienvenida

Sin embargo, y para calmar la sed del viajero que peregrina de todos los rincones de la tierra, en 1998 la famosa institución inglesa llamada The National Trust, que cuida patrimonios arquitectónicos del Reino Unido, abre las puertas al público de la modesta casa de Paul McCartney en 20 Forthlin Road, Allerton L18. Es una especie de museo, replicando en exactitud la vida, muebles y la usanza de estos mismos, tal cual lo habría experimentado la familia McCartney en ese entonces. Es una fotografía suspendida en el tiempo reflejando la era de mediados de los cincuenta. Al entrar la guía coloca una grabación de la voz de Paul McCartney, quien nos recibe con afecto. Con sus propias palabras explica lo importante de su hogar y su familia. La humilde casa de tres habitaciones fue construida por el municipio de la ciudad en 1955, con el fin de ayudar a familias de escasos recursos a tener mejor calidad de vida. La familia arrendaba esta vivienda a las autoridades locales por un módico precio. El clan McCartney se mudó desde el popular barrio de Speke a este recién inaugurado vecindario, aunque modesto, ofrecía mejores condiciones sociales.

Mary, la madre de Paul, era enfermera y tenía aspiraciones grandes para sus dos hijos. La casa era simbólicamente un nuevo comienzo y de alguna manera lo fue, pues aquí se escribieron numerosas canciones de los Beatles, como una que los catapultaría a la fama: She Loves You . Linda Aeston, una erudita en el tema y guía de la propiedad -quien además posee un master en música popular-, y fue miembro del fan club de The Beatles en los años sesenta, cuenta que el padre de Paul, James McCartney, vio mucho futuro a la canción, sin embargo, siendo enemigo de los americanismos, trató de persuadir a su hijo para que la titulara She Loves You Yes, Yes, Yes .

Aeston cuenta con entusiasmo los días en que los chicos del fan club hacían vigilia fuera de esta casa. Amablemente,  James aparecía de vez en cuando con galletas y tazas de té. "Siempre muy amable con nosotros, los seguidores", agrega. Los McCartney vivieron aquí exactamente 10 años (1955 -1965), hasta que con la basta popularidad de Paul se hizo imposible mantener el anonimato y le compró a su padre una casa en una zona exclusiva en Wirral, al otro lado del rio. Exactamente de donde venía la ex esposa de Lennon, Cynthia Powell.

Los jardines están mantenidos y poseen las mismas plantas de la época. El antejardín esta lleno de lavandas, la flor favorita de la madre de Paul. La cultivaba especialmente para tratar de enmascarar el olor del tabaco de la pipa de James, que invadía toda la casa. The National Trust tuvo la colaboración de todos los amigos, familiares y vecinos que alguna vez visitaron la vivienda, además de fotos familiares que el mismo Paul y su hermano aún poseían. Ellos visitan la propiedad constantemente, y no es inusual ver a uno de ellos llegar de improviso. Ellos proveen con anécdotas y pasajes entretenidos de su vida en esa casa, para hacer del tour una experiencia mágica. En el fondo del jardín falta un árbol de guindas que cortaron los dueños anteriores, "Paul tiene pendiente venir a plantar uno él mismo este verano", cuenta Linda.

En las paredes del living se encuentran algunas fotos de Michael –ahora fotógrafo- que habría sacado en su pubertad. Llaman la atención los ángulos y composiciones de éstas, lo que valida la sangre artística en la familia. En el living, al lado de la ventana hay un piano de pie. Es una réplica exacta a la original, el que aún mantiene McCartney hasta el día de hoy. Cuenta la guía que una vez su padre se deshizo de éste y Paul lo tuvo que volver a comprar en un remate por el equivalente a 100 millones de pesos. Las tertulias alrededor del piano fueron innumerables.

Tras la muerte de Mary McCartney en 1956 por cáncer de mamas, el padre –también músico-, habilitó el comedor para que los nacientes Beatles pudieran ensayar. James averiguó las restricciones de la vecindad y solo estipulaba la altura para colgar la ropa en el jardín trasero, jamás hablaron del ruido, lo que les dio luz verde. Era un lugar ideal, pues les permitía tener los componentes de la batería, un instrumento que tomaba mucho espacio, sin mencionar que estaba al lado de la cocina, facilitando la ceremonia de té.

La habitación de Paul es pequeña y sobre su cama de una plaza yace la réplica de su primera guitarra acústica. Después de desmantelar muchas capas de papel mural, sale al descubierto el papel original, dando a la habitación la el ambiente de la época. La recámara de Mike era más amplia y su ventana quedaba siempre abierta, pues James les daba un ultimátum para llegar a la hora, o se quedaban sin cena. Los chicos escalaban desde el muro del jardín trasero a la ventana de Mike.

El hogar McCartney después de la muerte de su madre se convirtió en un santuario del humor y positivismo. James no quería que sus hijos llevaran un luto exagerado, por el contrario, les enseñó a lidiar con él de manera proactiva, y es así como los motivó a seguir con la pasión de la música y las actividades artísticas. En esta casa se compusieron temas como One After 909 , When I m Sixty-Four , I Saw Her Standing There y The Fool on the Hill . Se registran al menos 20 canciones de los Beatles escritas entre sus paredes.

Working class hero

Aunque muchos saben que la infancia de Lennon no fue nada de fácil, abandonado por su padre, y entregado por su madre a la custodia de su tía Mimi, su vida en Liverpool fue, a pesar de esto, un poco más privilegiada. Desde los cinco años vivió con sus tíos en los suburbios de Liverpool, en una casa grande de la década de los treinta, con tres habitaciones y tan solo con una pared medianera, a diferencia de las casas pareadas de los otros tres Beatles.

Mendips, en 251 Menlove Avenue, se localiza en un barrio de clase media alta, con muchas áreas verdes y grandes avenidas. Los vecinos de Lennon eran doctores y abogados. Los Smith tenían empresas y negocios lácteos, aunque los perdieron durante la guerra. Sin embargo, socialmente estaban en otro peldaño en contraste con el resto de The Beatles. Su tía hablaba con acento neutro, sin el timbre local o regional tan distintivo de Liverpool y que deja entrever la división por clase, hasta el día de hoy. El guía nos cuenta que Mimi era ávida lectora y traspasó esa inquietud al joven Lennon, quien se criaría en un hogar más bien intelectual y con privilegios de un niño de su clase.

Al morir George, el tío de Lennon, Mimi arrendó las habitaciones a estudiantes universitarios, lo que generaba un ingreso extra, pero también una posible influencia en la vida de John. Su tía lo quería guiar por el ambiente académico, y para sorpresa de ella misma, su sobrino tenía otros planes.

La casa tiene una holgada entrada y un idílico jardín trasero. Posee un living y comedor amplios, con cuadros dibujados por Lennon cuando niño. El comedor se habilitaría como una habitación temporal para el recién casado John, ya padre de Julian. Así es, el primer hijo de Lennon y su madre Cynthia, vivirían en Mendips por un tiempo. En el segundo piso hay tres habitaciones. La más pequeña y mirando hacia la calle era la de John. Sobre su cama yacen dos réplicas de sus primeras guitarras, una radio atornillada a la pared sobre la cabecera de su cama y un póster de Brigitte Bardot. Lennon viviría en Mendips por 18 años, desde 1945 a 1963.

Yoko Ono compró la propiedad en 2002, después de la muerte de sus dueños. Inmediatamente la donó al National Trust, quienes nuevamente la implementaron a la usanza de la época en la que John pasó su período de adolescencia. Las canciones Please, Please Me , I ll Get You , I Am the Walrus y Strawberry Fields Forever fueron escritas ahí. Cercano a sus barrios está Strawberry Fields y Penny Lane, además de muchos otros pasajes que influirían al fallecido compositor de manera única.

Visitar las casas de estos dos Beatles es palmar nuestros pasos en los de ellos; evocando, imaginando, bosquejando fantasías de su juventud. Famosos como Bob Dylan y Bon Jovi entre otros, han visitado las propiedades buscando un pedazo de magia entre sus paredes, y ¿por qué no?, inspiración también. Los peregrinos se van encantados con una flor de lavanda, Linda es permisiva, y nos deja cortar un poquito de historia para nuestro álbum de recuerdos.

Lorena Villegas-Cid

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