Jeff Beck: El solitario hechicero de la guitarra

(Publicado originalmente en revista #Rockaxis236, febrero de 2023)

 

Desde su paso por los Yardbirds a su carrera como solista, el fallecido guitarrista inglés incursionó en diversos géneros, dejando huella con su particular estilo. Músicos nacionales desmenuzan su forma de tocar las seis cuerdas.

 

Juan Pablo Andrews

 

Cuando Geoffrey Arnold Beck era pequeño, su madre lo obligaba a tocar el piano unas dos horas al día, en esa vieja tradición inglesa por conservar las artes musicales. «Eso era bueno, porque me hizo dar cuenta de que musicalmente era bueno y que estaba tocando material que no era mío», recordaría en una entrevista de 1968 con Guitar Player. Fue su madre quien también lo ilustró cuando, a temprana edad, escuchó por primera vez una guitarra eléctrica en la radio. En esa revelación casi religiosa que le produjo oír sonidos eléctricos producidos por las seis cuerdas, Geoffrey Beck, posteriormente conocido como Jeff Beck, comenzó a interiorizarse en el rock and roll y el blues americano, con nombres como Cliff Gallup, B.B. King y Les Paul. A eso de los 14 años, en plena adolescencia y cuando ya había elegido a la guitarra como su compañera de vida, su hermana Annetta le señaló que en su escuela había un «chico raro, con una guitarra rara» como la suya. Se trataba de un joven Jimmy Page, con quien haría buenas migas y quien terminaría siendo fundamental en su carrera.

 

En los sesenta, Beck tocó en varios grupos alcanzando popularidad local en Londres. Sin embargo, el conjunto que se llevaba todas las luces a mediados de aquella década en el ámbito del blues rock era The Yardbirds, agrupación que contaba con un novel Eric Clapton y que se paseaba por los boliches londinenses tocando largas jams con fuerte acento instrumental.

 

En un momento dado, cuando el grupo pensó en dar un giro hacia una vertiente más pop y cosechar algún éxito radial, Clapton –entonces apodado “Slowhand”– decidió partir. Fue cuando a Jimmy Page le ofrecieron el puesto de guitarrista principal, lo cual rechazó. Sin embargo, ofreció a Jeff Beck, quien sí aceptó. «Durante el año anterior, Beck se había convertido en uno de los guitarristas más de moda de Londres, al frente de una oscura banda de baile llamada Tridents», se señala en el libro El Martillo de los Dioses (2008) de Stephen Davis, que recorre la biografía de Led Zeppelin y que en varias páginas destaca el trabajo de Beck.

 

 

The Yardbirds: el reconocimiento global

 

Davis afirma en su libro que, por ese entonces, Beck siempre andaba sin dinero, lo que le impedía incluso cambiar las cuerdas de su guitarra. Es así como el manager de los Yardbirds, Giorgio Gomlesky, tomó a Beck y lo llevó a una peluquería para que le dieran un nuevo corte de cabello, el que lo acompañó medianamente igual a lo largo de los años, y le compró una llamativa indumentaria para las futuras presentaciones del conjunto inglés. La idea era transformar al guitarrista en la figura principal.

 

En momentos en que los Yardbirds se encontraban despegando en su carrera, Beck dio su sello propio al conjunto incorporando acoples, distorsión y efectos psicodélicos, distanciándose de su antecesor. Fue en ese momento cuando el grupo se fue de gira a Estados Unidos. «Jeff había dejado boquiabiertos a los adolescentes americanos con sus poses sexuales y su nervio visceral de su estilo», afirma Davis en su libro. Eso sí, agrega que la actitud de Beck era cada vez más frustrante para el resto de la banda, siendo «temperamental, vanidoso y propenso a unos terribles dolores de cabeza».

 

El guitarrista alcanzó a estar cerca de dos años en los Yardbirds, logrando el reconocimiento global. Tras ese período, fue despedido debido a tensiones en el grupo: en uno de los momentos finales de una gira por EE.UU., rompió su guitarra, tiró sus amplificadores y dejó el escenario.

 

«Fueron solo esos paquetes turísticos los que me deprimieron. Cuando estábamos solos estaba bien, pero junto con otros 15 actos era realmente terrible: en el escenario durante 15 minutos, luego manejabas 600 millas y hacías otros 15 minutos, no podía soportarlo», recordó en 2009 con Guitar World, agregando que «aún así fue traumático dejar a los Yardbirds. Porque abandoné lo único que me dio vida, me dio reconocimiento. Fue bastante duro».

 

 

El jazz fusión, la electrónica y las colaboraciones

 

En 1966, en paralelo a los Yardbirds, Beck grabó una de sus más reconocidos éxitos sesenteros: ‘Beck’s bolero’. El tema instrumental contó con una agrupación de súper nombres: Jimmy Page en la guitarra de 12 cuerdas, Keith Moon en la batería, John Paul Jones en el bajo y Nicky Hopkins en teclados. El tema logró tal reconocimiento que los músicos pensaron en formar una banda. Todo esto previo a la formación de Led Zeppelin. Sin embargo, la idea quedó ahí.

 

Luego de su salida de The Yardbirds, Beck comenzó a dibujar lo que sería su futuro, ahora como una figura de renombre. Fue cuando en 1967 formó Jeff Beck Group, con Rod Stewart en la voz en una primera instancia, sacando dos discos, para luego sacar dos más con Bobby Tench en los cantos. Por ese mismo año, Pink Floyd quiso contar con su guitarra en la banda, tras la salida de Syd Barret, pero no llegaron a pedírselo.

 

Para la mitad de los setentas, con ya un montón de agrupaciones y colaboraciones en el cuerpo, Beck comenzó a involucrarse en el jazz rock fusión. «En 1975, Beck anunció que estaba cansado de trabajar con vocalistas», señala la revista especializada Guitar World.

 

 

De hecho, es en aquel año cuando lanza el que sería su álbum instrumental más destacado: “Blow by Blow”. En ese disco, que alcanzó el número #4 en la lista Billboard 200 y que contó con el reputado productor de The Beatles, George Martin, Beck muestra un despliegue de virtuosismo en terrenos nuevos para el guitarrista.

 

«A mucha gente le gustaba “Blow by Blow”, porque simplificaba a John McLaughlin y complicaba el rock and roll», señaló más tarde en una entrevista con Guitar World, donde además destacó el trabajo de Martin. «George es casi como un padre: relajado, muy concentrado en el sonido. Fue probablemente el mejor productor que he tenido, el tipo que podía estructurar lo que yo hacía sin interferir».

 

De hecho, fue Martin quien lo llevó a reconfigurar su sonido y, de alguna manera, ofrecer un sonido más limpio. «Algunos de mis solos favoritos fueron desechados porque él pensó que eran horribles, no musicales. “Ese es realmente el ruido más terrible que he escuchado”. Y yo decía: “¡Eso es lo que quiero!”, diría. Pero por lo general vendría a su manera de pensar».

 

 

En los ochenta fue galardonado con su primer Grammy por Mejor Interpretación Instrumental de Rock por la canción ‘Escape’, del álbum “Flash” (1985). Posteriormente ganaría otras siete estatuillas de estos premios. Eso sí, Beck no tuvo especial afecto por esta época. «Durante la mayor parte de los años ochenta, el negocio se fue a un lugar donde no quería ir. La ropa fue más importante que la música en un momento. El dominio de los sintetizadores me deprimió mucho».

 

Años más tarde, en 1999, se aventuraría con una de sus incursiones más extrañas con un disco de música electrónica, cercana al techno, que llamó “Who Else!”.

 

Las colaboraciones siguieron a lo largo de los años, ocupando lugares tanto en el rock, en el blues, en el metal y en el pop. En ese contexto, ensayando para un show de apertura en Francia para Guns N´ Roses, sufrió una lesión en un oído: Matt Sorum dio un fuerte baquetazo a un platillo al lado de un oído de Beck, dejándolo imposibilitado de seguir adelante.

 

Una de sus últimas colaboraciones la hizo con el actor y músico Johnny Depp, con quien sacó un disco en 2022 titulado “18”. Sería su último registro discográfico.

 

 

Guitarristas nacionales desmenuzan su sonido

 

El 10 de enero se dio a conocer la muerte del guitarrista inglés, producto de una repentina meningitis bacteriana. Tenía 78 años y estaba internado en un hospital cercano a su finca rural, al sur de Inglaterra. Su muerte causó sorpresa en el mundo de la música.

 

En Chile, destacados guitarristas nacionales lamentaron su partida. En conversación con Rockaxis, Cler Canifrú, Alejandro Silva, Ángel Parra y Felipe Toro hablan del legado de Beck y analizan su especial técnica.

 

«El sonido de Jeff Beck es súper particular. Siempre ocupaba delay en el sonido. Siempre ocupaba esa cosa de que los ataques (de notas) sean con el volumen. Hace las notas como (canta una nota como un violín), para que aparezcan de a poco. Y esa cuestión está recopiada de ahí para adelante», dice Silva. El guitarrista también recuerda que la primera vez que escuchó a Beck fue a mediados de los ochenta con la canción ‘People get ready’, del disco “Flash” (1985). «Ahí dije, “qué onda este guitarrista, toca sin uñeta”. Me llamó la atención, obviamente».

 

 

Además, Silva subraya en su uso de la palanca de trémolo. «Nadie toca como él, es una técnica totalmente única. Lo puedes tratar de emular, pero nunca te va a salir como él».

 

El virtuoso guitarrista chileno recuerda una conversación con Joe Satriani sobre Jeff Beck. La conversación, según recuerda Silva, fue así:

– ¿Fuiste a ver a Jeff Beck alguna vez? –, pregunta Satriani.

– No, no lo he visto.

– Anda. Lo fui a ver en Londres. En todo el concierto no hay ninguna nota que no tenga que estar ahí. No hay nada ni de más ni de menos.

 

La guitarrista y cantante Cler Canifrú recuerda que la primera vez que escuchó a Beck fue con el cover ‘A Day in a life’ de The Beatles. «Luego de escuchar este cover me metí a buscar música de él. No era tan fácil en ese tiempo, pero con la primera canción que di fue ‘Another place’. La escuché y sin decir "agua va", me puse a llorar (ríe)».

Para definir su sonido, la guitarrista traza líneas: «Es una combinación de factores propios de él, estéticos, rítmicos y de un sonido muy cálido y limpio. El resultado es un sonido súper elegante y ondero a la vez. En palabras súper simples, es uno de los sonidos y forma de tocar más “lindos” que he conocido de la amplia gama de guitarristas que existen».

 

 

Por su lado, el guitarrista Ángel Parra afirma que Beck ha sido «una gran influencia» para él. «De mis favoritos. Cuando partí tocando guitarra eléctrica, tenía 15 o 16 años, después de escuchar a Los Jaivas, escuché el disco con Jan Hammer en vivo (“Jeff Beck with the Jan Hammer Group Live”). Ese disco lo escuché como en el 84».

Parra comenta que pudo ver dos veces a Beck en Francia, en los años ochenta. «En Jeff Beck encontré un sonido que no había escuchado nunca en mi vida. Solamente en Hendrix. El uso del whammy bar (palanca de la guitarra) para mí era un misterio. Yo nunca fui, en esa época, muy hendrixiano, pero ya sabía que había una manera de hacer sonar la guitarra bien especial y extraña».

 

Felipe Toro, guitarrista y cantante de El Cruce, cuenta que lo primero que escuchó de Beck fue su música en los Yardbirds y que una de las canciones que más le impactó fue ‘Beck’s Bolero’. Señala que la forma de tocar de Beck «es bastante especial, por lo híbrido de su estilo fingerpicking por un lado, la mano bien puesta en la palanca de trémolo la mayor parte del tiempo, un buen vibrato de mano izquierda, pero también apoyado con la mano derecha en la palanca de trémolo. Y ese ataque que tiene con los dedos claramente le permite otra sensibilidad a la hora de lograr los sonidos que él busca».

 

 

El ex guitarrista de Los Tres afirma que Beck ha sido subvalorado: «Hay que ser bien valiente. Tomar una carrera como instrumentista nunca ha sido un buen negocio, sin embargo, Beck llegó muy alto dentro de ese ámbito y después tocó y sesionó con todo el mundo. Bien particular el caso de Jeff Beck. Y subvalorado. Muchos músicos jóvenes que trabajan conmigo, roadies, no lo ubican para nada. Muy poco conocimiento».

 

Los cuatro guitarristas nacionales afirman que Beck debe estar en el mismo podio que otros ases de las seis cuerdas como Jimi Hendrix, Jimmy Page y Eric Clapton. «Hendrix se murió joven y quizás por eso se hizo más famoso, por su muerte tan trágica, pero el aporte en la guitarra de Jeff Beck es tremendo», comenta Parra. «Sin duda que Jeff Beck está en esa categoría de los dioses de la guitarra. Al igual que esos otros tres, logró un sonido propio demasiado característico, demasiado único y difícil de imitar. El principal legado de Jeff Beck tiene que ver con la sensibilidad y expresividad a la hora de hacer solos de guitarra», remata el líder de El Cruce.