Siouxsie and the Banshees

1982, Polydor Records

 

Para 1982, los Banshees se habían ganado un prestigioso lugar en la industria discográfica británica, luego de una seguidilla de discos icónicos para la escena de la época. El lado oscuro del postpunk había generado grandes ganancias para las multinacionales y el término “gótico” tuvo gran repercusión y popularidad en los adolescentes de todo el Reino Unido y Europa. Además, este movimiento tenía una diosa, Susan Janet Ballion, más conocida como Siouxsie Sioux.

 

Antes de alcanzar este estatus, Siouxsie y Steve Severin habían decidido darle un vuelco a la carrera musical que habían llevado desde finales de los setentas. Para eso, integraron a sus filas al prodigioso baterista Bugdie (ex The Slits) y a uno de los guitarristas estandartes del postpunk, el fallecido John McGeoch de Megazine. Este es el cuarteto responsables de la trilogía oscura de Siouxsie and the Banshees, ompuesta por los álbumes “Kaleidoscope” (1980), “Juju” (1981) y “A Kiss in the Dreamhouse” (1982).

 

«Hay un hilo entre ellos. Pero de la misma manera que “Juju” llegó a tener una identidad fuerte, hay que decir que no insertamos esa identidad en las canciones. Las canciones dieron origen a la identidad del disco, en lugar de al revés. Un montón de gente piensa que vas con una idea para el “concepto”, y por supuesto algunas personas funcionan así, pero una vez que empezamos a tener nuevo material, éste sugiere su propia identidad. Y el nuevo material está en una vena un poco diferente, tanto en las letras como en términos como musicales», definió el mismo McGeoch al sonido de esta etapa, en diciembre de 1982, para la revista New Musical Express.
 

Para “A Kiss in the Dreamhouse” querían lograr una mayor calidad de producción que sus antecesores. Las grabaciones iniciaron el 5 de mayo en los estudios del sello Playground en Candem Town, Londres. Pero más tarde fueron interrumpidas por una gira a tierras escandinavas. Al retorno, se mostraron más ambiciosos y decidieron trabajar con el productor e ingeniero musical inglés Mike Hedges, que anteriormente había colaborado con Bauhaus, The Undertones, The Cure y Thomas Dolby. Aemás, dejaron las dependencias de Playground, para grabar en los legendarios estudios Abbey Road.

 

En las siguientes sesiones era normal ver a los Banshees experimentar con diferentes sonidos y efectos: Severin golpeando el bajo con una botella, Siouxsie ocupando overdubs vocales y tubular bells, Bugdie retumbando tambores orientales, y McGeoch tocando pianos y sintetizadores.

‘Cascade’ abre este disco con una línea de bajo minimalista, pero más tarde se vuelve muy poderosa y melódica. Las guitarras de McGeoch se caracterizan por ser potentes, pero cristalinas. La voz de Siouxsie tiene su profundidad sombría y la batería opta por bombos rápidos. La letra nos abre a una fantasía amorosa y sexual, que se va derritiendo como una cascada: “Oh love, like liquid falling, falling in cascades” (Oh amor, como líquido cayendo, cayendo en cascadas).

 

Para ‘Green fingers’, que relata la historia de una bruja que hace milagro tocando plantas y objetos, optaron por la utilización de instrumentos de viento como flautas. La interesante incursión de violines, punteos de guitarra simple y una voz teatral hacen de ‘Obsession’ una pieza musical única, mientras nos habla de una relación tortuosa y monótona, donde exhibe la violencia machista. La clara influencia de ritmos y tradiciones gitanas se hacen presente en ‘She’s a carnival’, que trata sobre una bailarina gitana que se gana la vida en un circo. Tambores y platillos enérgicos, mientras el pandero marca el ritmo, para finalizar con sintetizadores que emulan un sonido circense.

 

McGeoch no solo tenía una gran virtud con las guitarras. En ‘Circle’ demostró que los sintetizadores eran parte de sus habilidades musicales. La canción mantiene aires oscuros, ocupando efectos de reverb para en la voz, simulando el canto de una diosa griega. Nos relata una historia de violencia familiar, que parece una pesadilla cíclica de nunca acabar. El BDSM y la imaginería baudelairiana son el tema principal de ‘Melt’ complementado con aires claustrofobicos, drogas y sexo intenso. Un rasgueo de guitarra  influenciado por el flamenco y una voz sensual que cae en frases morbosas como “You are the melting man and, as you melt, you are beheaded” (Eres el hombre que se derrite y, a medida que te derrites, eres decapitado). Este fue el segundo sencillo de este álbum y llegó al puesto 49° de las listas británicas.

Las guitarras potentes vuelven con ‘Painted Bird’, inspirada en cómo las aves se ven afectadas por la contaminación y el desastre climático, intentando generar conciencia con una melodía  siniestra y melancólica, que sirvió de referente para las bandas de gothic rock como Skeletal Family y Xmal Deutschland. En ‘Cocoon’ se pueden evidenciar elementos del jazz, en coordinación con una  voz sensual,  ambientada en los cabarets de principios del siglo XX.

 

Para finalizar, la poderosa ‘Slowdive’ nos deleita con arreglos de cuerdas, una batería marchante, susurros sensuales, con momentos donde la guitarras hace arpegios suaves y melódicos. Fue la canción más popular de este larga duración, llegando a la posición 41 de los charts ingleses. El título de la canción inspiró al nombre de la mítica banda shoegaze de Rachel Goswell.

 

El legado del cuarteto londinense es uno de los más extensos de la historia de la música, y se puede ver desde bandas de postpunk y gothic rock como The Cure, Joy División, Cocteau Twins, The Smiths y Faith and the Muse, hasta de rock alternativo como Garbage, PJ Harvey, Björk, LCD Soundsystem, Radiohead y Tricky. En su carrera, incursionaron por diferentes estilos como el house, rock psicodélico y cabaret. Como la misma Susan Janet dijo en una entrevista para la NME en 1982: «No hay reglas en Siouxsie and the Banshees».

Roberto Chávez