Bruce Dickinson

2024, BMG

 

Unos largos 19 años hubo que esperar para finalmente tener en nuestras manos el séptimo álbum solista del gran Paul Bruce Dickinson, y como el número 7 siempre ha tenido una alquimia mística detrás, este trabajo se vino gestando por diferentes períodos, los que fueron interrumpidos por incidentes apocalípticos como la pandemia, sucesos graves de salud como el cáncer del vocalista, su corte del tendón de aquiles y sus dos operaciones de reemplazo de cadera, y por compromisos inevitables como las giras de Iron Maiden.

 

Pero finalmente el disco ha visto la luz y hay mucho que comentar, partiendo por la lista de rutilantes nombres involucrados en el “Proyecto Mandrake”. El disco fue grabado como cuarteto con Bruce en las voces, guitarras acústicas, percusión e incluso metiendo un solo de guitarra en un tema; junto a él su brazo derecho de siempre, Roy Z en composición, guitarra y bajo, Dave Moreno en la batería, y el maestro italiano Mistheria en los teclados, es decir el mismo equipo de su anterior álbum, el gran “Tyranny Of Souls” (2005). Pero en este disco han colaborado en la composición, Steve Harrris (en 4 temas), Adrian Smith, y Roger Ramírez; y en la producción estuvieron involucrados el extrañado maestro Martin Birch (que murió el 2020), y Kevin Shirley, el actual lastre de Maiden (aunque debo reconocer que en el nuevo disco de Dokken hizo un gran mezcla), encargándose del masterizado otro legendario experto, el tremendo ingeniero George Marino.

 

Tal como se había anunciado previamente, el disco es un trabajo conceptual que viene acompañado de un comic, pero Dickinson se apura en aclarar en que tanto el disco como el comic funcionan de manera independiente a pesar de tener un vínculo argumental compartido. Bruce cuenta que esta idea se le vino a la cabeza debido a su amor por los

comics que leía desde niño: Dr. Strange y el Surfista de Plata, y recalca que todo el argumento creado es pura ficción “porque el mundo real ya es un lugar lo suficientemente de mierda como para además cantar sobre él y sermonear a la gente con eso”.

 

Teniendo la historia y el disco un personaje central como el “Dr. Necrópolis” es bastante esperable que la música sea de carácter oscura, épica y progresiva, de hecho el disco suena como una continuación natural de “Tyranny Of Souls” y no se notan para nada los casi 20 años que lo separan de él. El inicio con ‘Afterglow Of Ragnarok’ ya lo conocíamos, un tema bastante cinematográfico que nos intrudece al disco y la historia, y que a mi en lo personal me recuerda a los queridos Savatage. Pero las sorpresas no tardan en llegar y la siguiente ‘Many Doors To Hell’ (tema donde en la composición participa Steve Harris), suena como una canción del Alice Cooper de los 80’s y con un Bruce súper expresivo en las voces, una canción de casi 5 minutos que hubiera estado perfecta para… Iron Maiden.

 

‘Rain on The Graves’ también ya la conocíamos gracias a su teatral video clip, canción que está inspirada en el poeta romántico William Wordsworth que se supone está enterrado en el antiguo cementerio que se ve en el film y que en el lugar deambula un espectro que resulta ser el diablo que viene a cobrar su alma. Luego llega uno de los mejores y más logrados temas de la placa, ‘Resurrection Men’ con aires western a lo Ennio Morricone en su inicio, el tema va cabalgando sobre esas voces marca registrada de Bruce y una instrumentación muy orgánica, que luego muta a un doom totalmente “sabbathico”, en un cambio absolutamente inesperado pero genial. ‘Fingers In The Wounds’ tiene cierto aire a balada melancólica pero dotada de mucha fuerza y empaque en la gran interpretación vocal de Bruce.

 

Luego llega ‘Eternity Has Failed’, tema que ya conocíamos desde el 2015 bajo el nombre de ‘If Eternity Should Fail’ iniciando el álbum “Books Of Souls” de Iron Maiden, pero tal como ocurrió con la canción ‘Bring Your Daugther... To The Slaughter’ (que Bruce la compuso para la película “A Nightmare On Elm Street 5: The Dream Child”), la versión de Iron Maiden de ambos temas es mejor. ‘Mistress Of Mercy’ es la canción donde participa Adrian Smith en la composición y se nota porque suena muy cercana al material del gran “Chemical Wedding” (1998), con ese sonido grave y pesado. Y ‘Face In The Mirror’ es la canción donde Dickinson toca el solo de guitarra, una balada con piano de sumo buen gusto y con un lead acústico muy bien armonizado. ‘Shadow Of The Gods’ continúa con la senda melancólica del tema anterior, un tema pausado, reflexivo y súper emotivo. Y para el cierre nos encontramos con ‘Sonata (Inmortal Beloved)’, un tema extenso de casi 10 minutos que pasa por varios ambientes de corte histriónico y teatral.

 

Sin lugar a dudas “The Mandrake Project” es un disco muy interesante, bastante impredecible y que crece con cada escucha; pero no será lo último que escuchemos de Dickinson porque el espadachín/piloto/escritor/cantante ha revelado que ya tiene varias ideas para nuevas canciones por lo que su próximo disco no tardará tanto en llegar. Por lo pronto, para la gira de presentación del álbum no estará acompañado por Roy Z debido a temas familiares, por lo que junto a Bruce, Dave Moreno y Maestro Mistheria, estarán la bajista norteamericana Tanya O’Callaghan (Whitesnake), el guitarrista sueco Philip Näslum y el guitarrista suizo Chris Declercq, pasando en primera instancia solo por Brasil, para luego Dickinson realizar el tour de Iron Maiden (que en noviembre pasa por acá), y para el próximo año -posiblemente- regresar a Sudamérica con su gira solista. Como ven, nuestro Da Vinci del Metal no para y tiene cuerda para rato.

 

Cristián Pavez