K.K.'s Priest

2023, Napalm Records

 

Ya con la idea asumida de que su regreso a Judas Priest no iba a ser posible (aunque nunca hay que decir nunca, menos en el mundo del Metal), el legendario Kenneth Keith Downing Jr. a sus 71 años está dispuesto a seguir demostrando el por que es uno de los pioneros en la creación del género Heavy Metal. Y lo hace con un segundo disco de su banda KK’s Priest que es una versión ampliada y mejorada de su gran disco debut de hace dos años.

 

Siempre con el todopoderoso Tim “Ripper” Owens como su leal mano derecha, la banda suena perfectamente cohesionada y durísima gracias al aporte y al talento de A.J. Mills en la segunda guitarra solista, haciendo un gran tándem con Downing; el bajo poderoso de Tony Newton y el gran baterista Sean Elg, un tremendo descubrimiento tras los parches. Y si el disco debut de esta formación se llamaba “Sermons Of The Sinner” (“Los Sermones del Pecador”), ahora es el turno de “The Sinner Rides Again” (“El Pecador Cabalga de Nuevo”), donde la figura del “Pecador” parece ser el mismo KK Downing tras haber cometido el pecado de abandonar Judas Priest luego de 40 años de permanencia en la histórica institución del acero británico, y cuando quiso volver, su ex compañeros le cerraron la puerta en la cara (o mejor dicho Jayne Andrews la manager de la banda y esposa de Glenn Tipton).

 

Pero la vida siempre da revanchas y este disco es un ejemplo de aquello, porque es un álbum granítico, de puro Heavy Metal clásico de toda la vida, duro, galopeante, centelleante, con la voz altísima de Owens, los incendiarios duelos de guitarra de la dupla Downing/Mills y los dobles bombos cortantes y taladrantes de Elg, todo muy bien mezclado por el maestro danés Jacob Hansen. Con 9 cortes y 40 minutos de duración a la antigua usanza, las referencias líricas y sonoras a Priest inundan la placa desde el vamos con la muy brutal ‘Sons Of The Sentinel’ y su intro a dos guitarras, el doble bombo desatado y la voz alta y aguda de Owens, y con una gran sección central de solos compartidos ya que a Downing le interesa jugar en equipo y ha dicho que esta es una banda con todas las de la ley y no un proyecto solista. ‘Strike Of The Viper’ no baja la intensidad para nada, mientras que ‘Reap The Whirlwind’ tiene un comienzo que de inmediato recuerdo a esa enorme ‘Freewheel Burning’.

 

‘One More Shot At Glory’ con su desarrollo y ritmo marcial, tiene un quiebre sensacional en la mitad donde Sean Elg hace un grandísimo trabajo con los bombos, mientras ‘Hymn 66’ suena oscura y punzante y que podría ser un cruce entre Mercyful Fate y Metallica, ambas bandas influenciadas por Judas Priest obviamente. El tema que le da nombre al disco parte en plan balada, con unas bellas armonías de guitarras dobladas para luego dejar caer una losa de puro Metal, esquema que se repite de forma algo más épica en la siguiente ‘Keepers Of The Graves’, para llegar al cierre de la placa con ‘Pledge Your Souls’ y sus dinámicos y cambiantes riffs y un Owens que corta el aire con sus agudos, para finalmente dejar caer el telón con ‘Wash Away Your Sins’ y su coro de iglesia, de esa iglesia del Metal donde Downing es uno de sus sacerdotes más reconocidos y que sin tener nada que demostrarle a nadie, se matricula lisa y llanamente con unos de los mejores discos de Metal purista del año, en una enorme y buenísima segunda entrega.

 

Cristián Pavez