U.D.O.

2021. AFM

 

La ilustración que adorna la portada del disco de estudio número 17 de U.D.O. tiene un estilo a mano alzada totalmente ochentero, algo que no es gratuito ni casual porque, precisamente, este nuevo álbum suena como extraído directamente de esa década dorada, con ese Heavy Metal lleno de melodía y la característica e inconfundible voz del pequeño gigante Udo Dirkschneider. Incluso yendo más lejos, este disco podría ser la perfecta continuación de “Russian Roulette” (1986) de Accept.

 

Esos buenos augurios e intenciones se perciben a lo largo del extenso álbum, estamos hablando de 17 canciones en la edición japonesa, y si el primer pensamiento que se viene a la mente es que nos encontraremos con mucho relleno, eso rápidamente se disipa cuando uno se da cuenta que todas las canciones en mayor o menor medida, merecen estar en el disco y es que con su renovada formación, rodeado de sangre joven, Udo está pasando por una etapa inspirada y de renovadas energías, como ya lo demostró con su gran álbum de material original junto a una orquesta sinfónica del año pasado. Con su hijo Sven en la batería, con el guitarrista ruso Andrey Smirnov y los nuevos integrantes alemanes, Dee Dammers en guitarra y Tilen Hudrap en bajo, “Game Over” suena exultante, lleno de vigor y con la voz de Udo en perfectas condiciones.

 

‘Fear Detector’ abre la placa con las guitarras dobladas en plan himno marcial al inicio del tema y tras cartón se desata un vendaval de puro Heavy Metal clásico. La producción es precisa y el masterizado está en un rango normal para poder disfrutar de todos los matices y detalles de las canciones sin caer en la saturación sónica. Las guitarras de Smirnov/Dammers brillan por todo lo alto, mientras que la base rítmica de Hudrap/Sven suena compacta y consistente, con la voz de Udo bien al frente. Todo está en su sitio para disfrutar de grandes cortes como ‘Prophecy’, ‘I See Red’ y ‘Metal Never Dies’ que recordarán un montón al Accept de los 80’s; por otro lado, en ‘Kids And Guns’ Udo nos recuerda que una de sus principales influencias siempre ha sido AC/DC y esta canción con ese sonido ‘signature’ tan reconocible, es un ejemplo de que su voz calzaría perfecto en el material de la gran e icónica banda australiana.

 

En la otra cara de la moneda, tenemos la sentida balada acústica ‘Don’t Wanna Say Goodbye’, que es una declaración de principios del propio Udo que nos manifiesta que a sus 69 años, no piensa en el retiro y que él va a seguir hasta el final, hasta que llegue su hora, tal como lo hicieron otros grandes de la historia del Metal como Lemmy o Ronnie James Dio. El gran Udo es un guerrero y morirá en batalla, y ante eso, no queda más que emocionarse y sacarse el sombrero para tamaña pasión y amor por el Heavy Metal. Tampoco se puede dejar pasar el sonido de teléfono totalmente ochentero que adorna el comienzo de ‘Like A Beast’ donde una voz sicopática aterroriza a una desvalida chica al mismo tiempo que un doble bombo se toma el tema para nuevamente recordarnos la gloria de los Accept del pasado, ejemplos que se repetirán en temazos como ‘Unbroken’, en la épica e hímnica ‘Marching Tank’ o en las contagiosas guitarras de ‘Midnight Stranger’. Como lo mencionaba anteriormente, es un disco largo, con mucha música nueva por descubrir, con canciones llenas de melodía y otros latigazos de doble bombo como ‘Thunder Road’ o la gran ‘Metal Damnation’ que es puro Judas, otras de las grandes influencias de Udo, pero donde todo apunta al mismo resultado: un gran disco de Heavy Metal germinado por una de sus leyendas vivientes y privilegiados nosotros de poder ser testigos de esa grandeza histórica que sigue escribiendo capítulos brillantes y llenos de emoción.

 

Cristián Pavez