Sepultura Roots Martes, 20 de Febrero de 2024 1996. Roadrunner Hace 25 años, el sexto LP de Sepultura sonó fuerte. Medios gringos llegaron a comparar a los brasileños con Led Zeppelin. Los únicos en desacuerdo con la nueva línea sonora eran los metaleros más ortodoxos. Y es que el “Roots” confirmó lo evidente: Sepultura había dejado de ser un grupo de nicho, para transformarse en una marca registrada consumible en el mundo entero. Su éxito se debió, principalmente, a dos factores: el exotismo y una lúcida lectura del escenario metalero comercial de mediados de los noventa. Con las escenas thrash y death metal agotadas a partir de su popularidad y el trabajo de edición indiscriminado de los sellos, ahondar en una solución al problema se volvía obligatorio. Ya en 1993, Sepultura había conseguido una oxigenación en su sonido y el “Chaos A.D.” se volvía una influencia directa para los primeros trabajos de Korn y Deftones. No resultó extraño, entonces, que el productor del “Roots” fuese Ross Robinson, el mismo del debut de Korn publicado en 1994, y el estudio, el Indigo Ranch, base de operaciones del nu metal. ‘Cut-Throat', ‘Born Stubborn', ‘Ambush’, ‘Roots Bloody Roots’ y ‘Dusted’ son excelentes ejemplos de cómo Sepultura fue capaz de recrear el sonido que en ese entonces se tomaba el mundo por asalto. ‘Lookaway’ cuenta con la colaboración de Jonathan Davis, Mike Patton y DJ Lethal. Mención aparte merece la aparición de Max Cavalera con una polera de Deftones en el videoclip de ‘Roots Bloody Roots’. Sepultura apuntaba hacia un público heterogéneo, alejado de los rituales inmovilistas, una búsqueda de relocalización en su contemporaneidad. Particularmente en el arte, la fascinación de los consumidores occidentales por lo extranjero, aquello desconocido, resulta constante. Desde este punto de vista, el trabajo sonoro y conceptual del “Roots” fue un acierto, siendo sumamente celebrado. El cuarteto decidió incorporar aspectos de un Brasil oculto, exótico, con ideas no tan ligadas a las injusticias sociales y los abusos propios de un país tercermundista, como pasó en su disco anterior. Sepultura optó por la puesta en valor de la capoeira y la música folk y tribal, además de conseguir una experiencia en directo con los xavantes –etnia amerindia del Mato Grosso–, lo que generó una renovación en la imagen del grupo, resultando el gran gancho comercial del “Roots”. Dos canciones son representativas del pretendido sincretismo cultural, ‘Itsári’ y ‘Ratamahatta’: la primera, por ser la canción más ritual del disco, con una fuerte intervención en términos colaborativos por parte de los xavantes; la segunda, cantada en portugués e inglés, por mezclar cuerdas nu metal con percusiones y vocalizaciones que ayudan a figurar un Brasil profundo. ‘Ratamahatta’, además, contó con las colaboraciones de Carlinhos Brown, reconocido músico popular de Brasil, y David Silveria, baterista de Korn. Hoy, 25 años después del fervor, conviene revisar si el “Roots” logró posicionarse como un trabajo emblemático en términos musicales y no solo comerciales. Más allá del cariño generacional, aquellas características que se utilizaron para ensalzarlo, también le juegan en contra. No es cierto que integre sus distintas influencias en una unidad sonora orgánica, coherente y fluida, que es lo que prometía. Los elementos ajenos al metal están incrustados a partir de un trabajo en la mesa de sonido, no dentro de la dinámica interna de cada canción. Adornos que dan una idea de renovación, pero que en el fondo evidencian diversas fisuras sonoras. Sucede, por ejemplo, con las intros y los quiebres en ‘Ratamahatta’, ‘Attitude’, ‘Ambush’ y ‘Endangered Species’, muy escindidos, forzados respecto de las estructuras base, como si simplemente hubiera que cumplir con lo prometido, esta unión entre metal moderno y música brasileña y tribal. Con ‘Breed Apart’, en cambio, Sepultura demuestra que la integración es posible. Tal como ocurrió con el “Bestial Devastation” y el “Morbid Visions”, “Roots” inicia una búsqueda, que podría haberse visto consolidada más adelante, pero el equivalente al “Schizophrenia” jamás vio la luz. En 1996, Max Cavalera dejaba Sepultura y el “Roots” pasaba a la historia como el último legado de la alineación dorada de los de Belo Horizonte. Una escuela trascendental de la música sudamericana se desmoronaba para siempre. Cristian Salgado Poehlmann Tags #Sepultura # Roots # Max Cavalera # Iggor Cavalera # Andreas Kisser # Igor Cavalera # Paulo Jr. # Mike Patton # Roadrunner Records # Ross Robinson # David Silveria # Carlinhos Brown # Jonathan Davis # DJ Lethal Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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