Iron Maiden Killers Jueves, 02 de Febrero de 2023 1981. EMI Pareciera que las segundas placas siempre son las más complicadas, y en el caso de Iron Maiden esto no fue la excepción. Aquella presión de hacer algo nuevo que supere al debut, un trabajo donde ya debes demostrar quién eres y que tu primer éxito no fue solo suerte de principiantes no es algo que todos suelen resolver de buena manera. Catalogado por muchos como una parada imperdible dentro del metal, pero para otros significa uno de los puntos débiles de los ingleses, “Killers” es y será quizás un eterno debate entre los seguidores de la banda y del género en sí, algo que sin duda no es del gusto de todos, sin embargo no podemos negar el hecho de estar frente a un clásico dentro del repertorio de la doncella de hierro, un trabajo que influyó al punto de ser el encargado de abrir espacio a un nuevo género conocido como el new wave of british heavy metal. El camino al nuevo sonido de la banda en este disco no solo fue algo controversial fuera de la agrupación, sino que también dio cuenta de las diferencias artísticas entre Dennis Stratton y el resto de sus compañeros, algo que se manifestaría en su salida como guitarrista de aquel entonces, puesto que llegaría a ser ocupado por Adrian Smith y cuya interpretación es la que se encuentra inmortalizada en este disco. Los ingleses compartieron un larga duración conformado por diez canciones que significó ser la primera placa en contar con Martin Birch en las perillas, productor que los acompañó hasta 1992 junto a “Fear of the Dark”. El lanzamiento de “Killers” llegó acompañado de una gira que sería la primera en llevarlos a pisar suelos norteamericanos, y desde ahí la cosa no paró. Aunque no fue lo único que trajo este exponencial crecimiento en su éxito, ya que en contraste los ánimos dentro de la banda se iban deteriorando cada vez más, esto en gran medida por los conocidos problemas de adicción de su frontman de aquel entonces, Paul Di'Anno. Lo que en un principio parecía ser solo un segundo álbum dentro de la trayectoria de Iron Maiden acompañado de un exitoso tour, terminó marcando la despedida de Di'Anno y dando la bienvenida a Bruce Dickinson como el encargado de dar voz a las historias del, en aquel entonces, quinteto. Rompiendo esquemas, “Killers” da inicio junto a ‘The Ides of March’, una pieza instrumental de casi dos minutos que a modo de marcha es casi un llamado a la reunión de sus seguidores, y a prepararse para lo que viene, un preámbulo perfecto para ‘Wrathchild’, una carta llena de enojo a un padre ausente, un grito de advertencia a aquel hombre que desapareció dejando atrás a una madre y su pequeño, donde este último recorre un camino de ira en busca de aquel hombre, y lo va a encontrar. Una historia inmersa en una acuciosa batería, disruptivos solos de guitarra y una agresiva línea de bajo. Aquel grito al cierre de su antecesora es el punto de arranque para ‘Murders in the Rue Morgue’, canción inspirada en el poema homónimo escrito por Edgar Allan Poe y que se convirtió en un clásico dentro del repertorio de la banda en sus conciertos, ganándose así un espacio en la mente colectiva de sus seguidores. Un desenfreno de heavy metal, donde los veloces y memorables riff de bajo y guitarra se ven aún más potenciados por los azotes a las persecuciones por parte de Murray. Una historia de asesinatos en París con una lírica tan potente como su rítmica. La galopante ‘Another Life’ arremete con todo, no hay tiempo para la tradicional estructura de la música popular en esta intemperancia del metal, solo dos versos y al esperado solo, una premisa que se repite en ‘Genghis Khan’, un himno instrumental al conquistador mongol, que da paso a ‘Innocent Exile’, una exhibición de talento por parte de Steve Harris en el bajo. Una tríada que es la elegida como cierre para el lado A de este álbum. De tal forma, y como bienvenida al lado B, llega la canción que da nombre al segundo trabajo de estudio de Iron Maiden donde es nuevamente la línea de bajo las que nos recibe, en donde a pesar de no ser de las piezas más potentes que forman parte de este álbum, las galopas que dan esa sensación de velocidad ascendente en su rítmica, los icónicos solos y el despliegue del rango vocal por parte de Di'Anno dan la razón a ser la portadora del título del álbum. A continuación, otra razón de discrepancia entre sus fans, otra discusión que posiblemente no se resuelva jamás, el turno de la controversial balada progresiva ‘Prodigal Son’, una infaltable en el setlist en vivo de la banda y que causó mucho de qué hablar en su época, negativo y positivo a partes iguales, ¿por qué? Bueno, pues por ser una balada, la cual muchos de sus fans recibieron a brazos abiertos mientras otros no podían soportar que la banda se hubiese suavizado a tal punto. La pieza destaca por sus arreglos a nivel instrumental que dan cuenta de los nuevos horizontes a los que estaban apuntando a nivel de composición y producción, destacando el gran solo de guitarra que finalmente logra tomar el protagonismo total de la pieza. Y es el momento de otro polémico clásico, aquel que en algún minuto se tituló ‘Floating’ y que luego de ser actualizado como una versión más rápida de aquel original recibió el nombre de ‘Purgatory’. Es el quinto single de la banda, el segundo de este álbum y el último en incorporar la voz de Di'Anno. Para muchos es considerada como una de las canciones más flojas del álbum, mientras que para otros es una parada obligatoria dentro del repertorio que conforma este larga duración, otro ejemplo de que en gustos no hay nada escrito. Y para un final redondo llega ‘Drifter’, canción elegida como broche de oro para esta placa. Con una energía instrumental y lírica que baja de intensidad en el momento justo para dar espacio al solo de guitarra que arremete y toma protagonismo hasta el tercer acto donde no queda nada más que cabecear y gritar: ¡up the irons! Cabe destacar que luego de un tiempo, en un lanzamiento asincrónico en el continente norteamericano, sería añadida la pieza titulada 'Twilight Zone', otra exhibición de metal que luego de escuchar la versión original del álbum lanzada en europa puede no encajar tan bien en el álbum por su métrica e interpretación, pero nunca está de sobra tener un poco más de Iron Maiden. A pesar de que el álbum no contara con un potente single para su promoción, estuviese lleno de controversias por temas personales dentro de la banda y que los acontecimientos posteriores a su lanzamiento y respectiva gira significase el fin de la era Di'Anno, es una placa más que rescatable dentro de la gran trayectoria de los ingleses. Con casi 39 minutos de duración, Iron Maiden entrega una calidad sonora que supera a su álbum debut, en donde la producción y arreglos en cada composición dan cuenta del crecimiento y profesionalismo que se iba canalizando en la agrupación, algo que para muchos significó el sacrificio de aquel sonido más pesado y agresivo de su anterior trabajo en estudio. Un disco que cumple con las expectativas a pesar de ser una placa que en la época de su lanzamiento no obtuviese los resultados esperados, pero que hoy es un referente dentro del género y es recordado con cariño entre los seguidores de la doncella de hierro. Fernanda Hein Tags #Iron Maiden # Steve Harris # 1981 # Heavy Metal # Dave Murray # Clive Burr # Paul Di Anno Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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