Justicia Divina: Dio - "Lock Up the Wolves"

Cuando se hace ese viaje retrospectivo indagando en los mejores momentos de la carrera absolutamente brillante del pequeño pero enorme Ronnie James Dio, sin lugar a dudas uno de los mejores vocalistas de la historia del Heavy Metal, siempre las preferencias apuntan al “Rising” de Rainbow, “Heaven And Hell” de Black Sabbath o a esas joyas de su propia banda Dio como lo son “Holy Diver” y “The Last In Line”, dejando en un inmerecido segundo, o tercer plano, joyas como las que hoy nos ocupa, el fascinante y profundo “Lock Up The Wolves”, un disco que a todas luces y dada su intrínseca calidad, merece un acto de Justicia Divina.

Editado en mayo de 1990 a través del sello Vertigo, no solo el cambio de década y del clima musical ya se avisoraba en el horizonte, también veíamos un cambio radical en la banda de Dio, que nos presentaba una nueva y completamente ronovada formación, muy variopinta, con el británico Simon Wright en batería, que venía de tocar 9 años con AC/DC, con el sueco Jens Johansson en los teclados (que había saltado a la fama en la banda de Yngwie Malmsteen), con el bajista norteamericano Teddy Cook (que había formado parte de la primera encarnación del grupo Danger Danger), y con la novedad estelar del desconocido y joven guitarrista británico de solo 18 años de edad, Rowan Robertson, que fue seleccionado de entre 5.000 postulantes como se indica en el booklet interno del disco.

Al estar rodeado de músicos más jóvenes, Ronnie también se vio rejuvenecido y sus voces en este álbum son de las mejores de toda su carrera, con una profundidad y un sentimiento en su interpretación que realmente emociona al escucharlo, asi como también el poder difrutar de una producción de sonido realmente magnífica, esta vez a cargo del reconocido ingeniero y productor británico Tony Platt (AC/DC, Cheap Trick, Foreigner), quien dotó a la placa de un sonido poderoso y brillante, donde todo está en su sitio y no se pierde ningún detalle sonoro.

 

Por primera vez en este punto de su carrera, en la portada no aparece la mascota de Dio, el demonio “Murray”, siendo reemplazado por un ente sin rostro de aspecto pagano que tiene bajo su control a unos feroces lobos, tan feroz como suena el track de apertura del disco, una acelerada y genial ‘Wild One’ que ya deja entrever todo el talento y potencial del nuevo guitarrista, que suena más filoso y punzante que el anterior Craig Goldy quien venía de una banda más melódica como Giuffria antes de tocar con Dio. También por primera vez, la canción que le da título al álbum no está ubicada en la segunda posición como era la costumbre, sino que recién aparece en la posición 6, cerrando la cara A del disco o del cassette, un tema de más de 8 minutos con toda esa magia épica de Dio y una lírica que invita a soñar en grandes hazañas. Mención aparte merecen los otros dos temas rápidos del disco, ‘Wal On Water’ y ‘Why Are They Watched Me’ donde Robertson demuestra todas sus credenciales como guitarrista con unos solos maravillosos, y de quien se esperaba que iba a tener un reconocimiento similar al que obtuvo Zakk Wylde cuando empezó a tocar con Ozzy siendo muy joven también y solo dos años antes de que saliera este disco de Dio, pero que lamentablemente no ocurrió y Rowan no pudo tener una carrera brillante con el paso de lo años.

Medios tiempos geniales como ‘Hey Angel’, ‘Born On The Sun’, ‘Night Music’ o ‘Evil On Queen Street’ inundan el disco, dejando en evidencia esa forma más abierta y más simple para tocar de Simon Wright, dejando más espacios de batería por donde respira la música y resuenan los apoyos de teclados de Johansson y las grandes líneas de bajo de Cook, lo cierto es que la producción de sonido es tan buena que el oyente no se pierde ningún detalle, sobre todo en la interpretación estelar de Dio, cuya voz te lleva a otro mundo, en un disco magnético, bastante Doom y que tiene un halo de melancolía que produce un efecto absolutamente cautivador, por ello no me extraña que con la ausencia física de Ronnie, muchas personas hayan redescubierto este disco an años recientes y por fin lo estén valorando como realmente se merece, porque a veces la justicia tarda, pero siempre llega. Cuernos arriba para “Lock Up The Wolves”.

Cristián Pavez