Opeth: Transitando de la oscuridad a la luz Ranking de discos de la prestigiosa banda sueca Viernes, 08 de Julio de 2022 Si hablamos de bandas que no generan consenso en la comunidad metalera y melómana esa es la de Mikael Åkerfeldt. En sus más de tres décadas de historia, Opeth ha transitado desde los sonidos extremos a los progresivos con una elegancia envidiable, siempre avanzando hacia la inmortalidad sin importar las adversidades o los cuestionamientos. A diferencia de próceres como Paradise Lost, quienes también hicieron un recorrido extenso de cambio para finalmente volver a encontrarse con sus raíces, Opeth acompaña a pares generacionales como Anathema, Katatonia o Ulver, mudando de piel para dejar el metal atrás en pos de otras hierbas sonoras que, a su vez, inspiran a los que siguen su huella como Soen, Caligula’s Horse o Leprous en su parte más progresiva y a Novembers Fall o In Mourning en el caso de los que siguen enamorados de su primera época. Sin duda estamos frente a una de las bandas más importantes del metal contemporáneo, por lo que el debate en torno a sus 13 discos de estudio siempre es interesante, desde las sorpresas de “Orchid” (1995), pasando por el implacable “Blackwater Park” (2001), hasta el estoico “In Cauda Venenum” (2019), todos tienen algo que decir sobre el camino en el que Opeth transita de la oscuridad a la luz. Que caiga la cortina… 13 - Pale Communion (2014) Escuchar Disco Tras el quiebre estilístico sufrido con su predecesor, “Heritage”, Akerfeldt sepultó la idea de volver al death metal con este álbum producido nuevamente junto a Steven Wilson. El disco -si bien es bastante interesante compositivamente hablando, sobre todo por sus melodías más ligeras y luminosas- no logró convencer a los fanáticos que ya se sentían cómodos con este nuevo Opeth, ni tampoco a los antiguos fans que seguían pidiendo a gritos los guturales de Mikael. Es más, este disco a ratos parece un “Lado B” de “Heritage”, siendo sólo realmente destacable por el impecable trabajo de Martín Axenrot, baterista que es el gran salvador de este álbum que poco y nada nuevo logró mostrar, en comparación con varios otros de una discografía que siempre está en constante cambio. 12 - In Cauda Venenum (2019) Escuchar Disco Cuando todos ya nos habíamos acostumbrado al progresivo que estaba mostrando el nuevo Opeth, Akerfeldt y compañía llevaron esta bandera aún más allá, introduciéndose de lleno en terrenos del jazz prog, muy en la vena del oscuro King Crimson. En una doble producción interpretada en sueco e inglés, la banda presentó su álbum más extenso hasta la fecha, ejecutando un disco que sigue envejeciendo de forma espléndida con el paso del tiempo. Es cierto, esta producción no logró captar inmediatamente la atención de los fanáticos, pero sí ha ido encontrando un nuevo rumbo en este progresivo setentero y psicodélico en el que habita actualmente Opeth. Puede que en los rankings no esté en los primeros lugares, pero muchos ya catalogan a esta placa como la más espectacular que haya lanzado Akerfeldt en su etapa progresiva. 11 - Sorceress (2016) Escuchar Disco Recuperando el camino perdido en el pequeño traspié con “Pale Communion”, Akerfeldt tomó una drástica decisión y dejó de trabajar con Steven Wilson en la producción. Sin embargo, este “divorcio” no fue sólo en lo musical, puesto que -en lo personal- Mikael también lo vivió junto a su ahora ex pareja, siendo la fuente de inspiración principal para este disco. El álbum es una belleza en lo compositivo, más que nada por la honestidad reflejada en canciones que se apropiaron de todo el progresivo setentero que el músico había descubierto hace ya varios años atrás y dejando en claro que Opeth no volvería a ser esa banda death metal que fue alguna vez. Para el beneficio de muchos y la tristeza de algunos, los suecos maduraron su nuevo sonido y ya estaban preparados para comenzar a interiorizarse aún más en el prog/jazz que han ido alimentando con el tiempo. 10 - Watershed (2008) Escuchar Disco Desde el arranque con ‘Coil’, dueto entre Nathalie Lorichs y Mikael Åkerfeldt, se puede advertir que la novena placa de los suecos se hace grande en los contrastes. El abrelatas del disco es tenue y rebosa de una oscuridad vampiresca muy atrayente, mientras que el recién llegado Martin Axenrot demuestra todo su poderío en las secciones más ásperas de ‘Heir Apparent’ y ‘The Lotus Eater’ con unos blast beats capaces de desnucar a cualquiera, pero con adiciones distintas a las que introducía Martin Lopez. En vez de los cortes matemáticos y de rareza vistosa de Lopez, Axenrot y Fredrik Åkessonen desde la guitarra solista giran hacia un groove dominado por el rock clásico en ciertas secciones de ‘Porcelain Heart’, ‘Hessian Peel’ o ‘Hex Omega’, mientras que en ‘Burden’ demuestran que la arquitectura de una buena balada en el tono de las imperecederas ‘Face of Melinda’, ‘Harvest’ o ‘In My Time of Need’ trasciende a cualquier formación. “Watershed” no solo es el disco con el que Opeth despide la década que los vio brillar, sino que es el último bastión del metal extremo como parte de su fórmula, un condimento que muchos extrañan hasta el día de hoy. 09 - Orchid (1995) Escuchar Disco El debut del combo sueco salió al mercado el 15 de mayo de 1995, varios años después de que se formara la banda. Candlelight Records se encargó de su distribución en Europa, discográfica especializada en black y death metal que tenía entre sus filas a nada más ni nada menos que Emperor, Obituary, 1349 y Theatre of Tragedy, por nombrar a algunos. Aunque es un disco que fue borrado hace tiempo de sus setlist y que fue superado por todo lo que vino después, muestra la pureza de una mezcla que tardaría un poco en cuajar, pero que tiene aquí sus ingredientes principales. ‘Forest of October’, ‘The Twilight Is My Robe’, ‘In Mist She Was Standing’ y, por su puesto, ‘Under the Weeping Moon’ son solo muestras de que el progresivo, el heavy, el black y el doom bajo una ambientación gótica podían conformar un ente nuevo bebiendo insaciablemente de las aguas de Iron Maiden o Paradise Lost. Un debut increíble y que merece reconocimiento por su encanto, un Opeth menos pulido, pero más áspero. 08 - Ghost Reveries (2005) Escuchar Disco Tras una triada de exitosos discos junto a Steven Wilson, el octavo registro de los suecos avanza sin el músico inglés entre sus filas, pero con nueva casa discográfica, la icónica Roadrunner Records, y Per Jonas Wiberg de Spiritual Beggars en los teclados como miembro fijo. Su aporte omnipresente en ‘The Baying of the Hounds’, ‘Reverie/Harlequin Forest’ o ‘The Grand Conjuration’ hacen pensar en una versión metalizada de Genesis, Emerson Lake and Palmer o Jethro Tull, es decir, toman lo más pesado del progresivo setentero y lo traducen usando los códigos del metal progresivo de los 2000, generando un disco que se disfruta a concho gracias a sus estructuras intrincadas y sorpresivas, todo envuelto en los growls infecciosos de Åkerfeldt y las cuerdas en afinaciones fuera de lo común. Si bien la partida del baterista Martin Lopez y del guitarrista Peter Lindgren marcaría un antes y un después en la historia de Opeth, “Ghost Reveries” no podía ser una mejor despedida para su formación más clásica y celebrada. 07 - Morningrise (1996) Escuchar Disco Siguiendo la tradición del debut, “Morningrise” es un disco de canciones largas, no tiene mucha alma de clásico o de esencial como lo que viene desde “Still Life” para adelante, pero destaca la opulencia compositiva que el grupo muestra en ‘The Night and the Silent Water’, ‘Advent’ o en la titánica ‘Black Rose Immortal’. A pesar de venir del mismo telar que “Orchid”, a Opeth le bastó solo un año para expandir la paleta sonora. Hay un giro más pronunciado al black metal atmosférico en ciertos momentos de ‘Nectar’ que se combina bien con la instrumentación netamente progresiva y acústica de ‘To Bid You Farewell’ y la crudeza de ‘Eternal Soul Torture’ en las versiones remasterizadas del disco, corriendo aún más el cerco de lo que habían planteado en su debut. A pesar de que sería la despedida del bajista Johan DeFarfalla y del baterista Anders Nordin, “Morningrise” fue un disco de aprendizaje, puso a Opeth en el carril correcto, no con el asentamiento de una formación en particular, sino que con el encuentro de un sonido que pronto llegaría a cambiar la historia. 06 - Heritage (2011) Escuchar Disco Odiado por algunos y adorado por muchos más, esta producción fue el verdadero punto de inflexión en la carrera de Opeth; un disco que tuvo el atrevimiento de dar vuelta la página en su discografía y renacer en un formato progresivo que sorprendió a toda la industria del metal. Desde una portada llena de simbolismos referentes al cambio, hasta canciones que tienen su pináculo en ‘The Devil's Orchard’, esta producción tiene la indiscutible mano de Steven Wilson, músico que indudablemente fue el catalizador en un Akerfeldt que necesitaba solo un empujón para volcarse con todo al progresivo setentero que lo tenía absolutamente desquiciado hace ya bastante rato. Mikael y Opeth nunca volverían a ser los mismos, en un atrevimiento que dejó a varios fanáticos en el camino, pero que también los posicionó entre las bandas más espectaculares del metal -y ahora rock- de todos los tiempos. 05 - My Arms Your Hearse (1998) Escuchar Disco El primer disco imprescindible de Opeth. La lluvia que cae en ‘Prologue’ crea la atmósfera indicada, los gruñidos profundos y oscuros en ‘April Ethereal’, ‘When’ o ‘Demon of the Fall’ sumergen al oyente en ese tenebroso bosque que ilustra la portada, y el poderoso relato que funciona como columna vertebral de todo el largo marca la pauta del gran paso que Mikael Åkerfeldt y Peter Lindgren estaban dando para cristalizar todas esas ideas que no lograron encontrar de todo el molde en los anteriores “Orchid” y “Morningrise”, siendo ambos registros muy potentes. La llegada del baterista Martín López no podía ser en un mejor momento, perfeccionando las estructuras complejas y esos viajes melódicos para encajonar todo en canciones más cortas y con un concepto como carta de navegación. Quizá el fantasma protagonista del disco no descansa en paz persiguiendo a su esposa por el bosque, pero Opeth sí había encontrado algo muy importante: el sonido que los llevaría a la inmortalidad. 04 - Damnation (2003) Escuchar Disco Cuando Opeth entró al estudio el 2002, tenían la intención de hacer un disco doble, plan que, técnicamente, llevaron a cabo, solo que al final decidieron hacer lanzamientos separados de canciones que nacieron del mismo cordón musical. Si “Deliverance” es el salvajismo puro, “Damnation” es la delicadeza hecha disco. ‘Windowpane’, ‘In My Time of Need’ o ‘Death Whispered a Lullaby’ sirven para ejemplificar el viaje cinemático que provoca esta placa, rodeada por un aura gótica y una profundidad atmosférica que pone los pelos de punta, especialmente con el mellotrón de Steven Wilson y la voz limpia de Åkerfeldt recorriendo todo como un eco fantasmal. Si bien lo acústico ha sido una parte central de la propuesta desde “Orchid”, nunca se habían mostrado tan desnudos, sobrios y melódicos, probando que la intensidad no tiene que ver necesariamente con distorsión y guturales, sino que con música que te provoque un remezón en los sentidos. “Damnation” es su obra más transversal, capaz de enamorar incluso a los que no son adeptos a las guitarras pesadas. Es el primer atisbo de que Åkerfeldt y los suyos podían desprenderse del metal y aun así crear algo maravilloso. 03 - Still Life (1999) Escuchar Disco Al igual que “Morningrise” no se puede entender sin “Orchid”, “Still Life” necesita a su par “My Arms Your Hearse” para ser asimilado en su totalidad. Son discos hermanos. El cuarto escalón discográfico de los suecos también nos sumerge en una obra conceptual en la que un mártir ateo se reúne con su amor en el más allá, todo contado a través de cortes majestuosos como ‘The Moor’, ‘Godhead’s Lament’ o ‘Face of Melinda’, que unen el death metal con lo progresivo, lo medieval, lo folklórico y lo esotérico. Brilla la formación clásica de la banda compuesta por Mikael Åkerfeldt, Peter Lindgren, Martín López y el bajista Martín Mendez, regalándonos momentos de pura belleza sónica capaz de transformarse en ventoleras agresivas que demuestran el carácter de una banda que se sentía más cómoda, con una ejecución precisa, expresiva y bien producida. Por donde se le mire, “Still Life” es otro gran triunfo de Opeth que supera las barreras temporales y demuestra que estaban listos para enfrentar el siglo XXI en su mejor momento. 02 - Deliverance (2002) Escuchar Disco Tan solo un año después del portentoso “Blackwater Park” (2001) aparece “Deliverance” (2002), un disco no tan revolucionario como su antecesor, pero sí con la fórmula bien dominada y pulida tanto por la mano de los mismos Opeth como de Steven Wilson. Lo que sí, esta sexta producción es la más pesada, urgente y agresiva de su periplo, lo que se nota en cortes como ‘Wreath’, ‘Deliverance’ y ‘Master's Apprentices’. La banda tuvo que sortear dificultades como problemas técnicos o conflictos internos, pero el resultado es un trabajo impresionante, cohesionado y poderoso. A pesar de que se defiende de manera espectacular como un disco por sí mismo, adquiere otros ribetes cuando escucha junto a su contraparte “Damnation”, otro par de discos hermanos que permite observar varios rasgos de Opeth a la vez en un período muy rico para Åkerfeldt y sus secuaces, tiempos en los que aprovechaban al máximo su mayor activo: la cruza de estilos. 01 - Blackwater Park (2001) Escuchar Disco Muchos piensan que la carrera de Opeth es una campana de Gauss, aunque eso implique un trato injusto para ciertas placas. Si tomamos esa analogía, “Blackwater Park” es el punto más alto de la campana, el magnus opus. La evolución de la banda venía en ascenso con “Still Life”, pero este quinto disco definitivamente está a otro nivel. De hecho, “Still Life” fue el punto de conexión entre Steven Wilson y Opeth, ya que un periodista francés le regaló una copia de este disco al vocalista de Porcupine Tree y se hizo la magia. Åkerfeldt seguía el trabajo de Wilson desde “The Sky Moves Sideways” (1995), pero nunca se había puesto en contacto con él hasta que el encuentro se hizo realidad y el inglés terminó produciendo este trabajo de los suecos, dando así por iniciado uno de los “bromances” más legendarios del metal progresivo contemporáneo. Su aporte en ‘Bleak’, ‘Harvest’, ‘The Funeral Portrait’ y ‘The Drapery Falls’ abre otra paleta sonora para Åkerfeldt. Si “Still Life” fue la revolución que Opeth necesitaba para encontrar su carácter, “Blackwater Park” representa la refinación que haría entrar a Opeth al panteón del metal en los 2000 y convertirse en una de las fuerzas de la naturaleza que lidera el período contemporáneo del estilo, una de las bandas más grandes de su generación junto a Mastodon, Gojira o Meshuggah. Por Rodrigo Bravo y Pablo Cerda Tags #Opeth # Ranking Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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