Cancamusa: Pop cinemático Lunes, 08 de Marzo de 2021 (Publicado originalmente en revista #Rockaxis204, en junio de 2020) Entre la crisis social que explotó en Chile desde octubre y el inicio de las diversas cuarentenas que los paises del mundo implementaron como medida sanitaria a raíz de la pandemia mundial por el coronavirus, la artista nacional Natalia Pérez, lanzó su esperado debut como solista, “Cisne, Lado Negro”, bajo su álter ego Cancamusa. La destacada baterista, que ha sido parte de las bandas de Javiera Mena y actualmente Mon Laferte, reflexiona junto a nosotros sobre el arte en tiempos de confinamiento, y cómo todo esto ha impactado en su sensibilidad como compositora. “Tenía que ocurrir una cuarentena para dedicarle tiempo a lo mío”, es la confesión que realiza mientras alista la segunda parte de su obra, “Cisne, Lado Rojo”, desde el encierro en Ciudad de México. Por César Tudela Para hablar con justicia sobre la carrera como música de Natalia Pérez, habría que remitirse muchos años atrás. Natti nació en Valdivia, pero vivió toda su infancia y adolescencia en La Unión, donde recibió sus primeras instrucciones musicales por parte de su abuelo, que por medio de la experiencia y tradición oral, le transmitía desde el acordeón la cueca y otros ritmos latinoamericanos. Desde los 16 años se reconoce como música, pero en 2007 entra a estudiar formalmente Música y Sonido. Un lustro más tarde se titula con distinción. Un año antes, ya era baterista de Joe Vasconcellos. En el camino, solo irán apareciendo ofrecimientos para integrar grandes proyectos consolidados de nuestra música popular, como lo son Mamma Soul, Javiera Mena y Mon Laferte, su actual “jefa”. «He tenido la suerte de recibir invitaciones increíbles para tocar con artistas bacanes, que han sido una tentación y una oportunidad que he aprovechado mucho», cuenta. En medio de todo, formó filas de Amanitas, quinteto femenino de pop/rock espacial que, a pesar de ir en auge tras la publicación del álbum “Amor Celeste Imperial” (2018), a comienzos de este año se le puso pausa. “Nos dimos un tiempo. Fue una decisión de todas cuando nos juntamos a conversar, Ese día cerramos un ciclo», recuerda Natti. Hoy, desde su residencia en México, reflexiona sobre el panorama sanitario que tiene en jaque al mundo. «Acá, igual que en Chile, en el último tiempo se han disparado los contagios, solo que hay mucha desinformación… cada país con sus problemas». Sobre la situación que vive en suelo azteca, nos menciona que las medidas no han sido tan fuertes como lee que son en nuestro país: «acá no hay toque de queda, se le deja a cada persona su libertad y que se cuide de forma personal, pero los eventos masivos no corren en este tiempo. En Chile, siento están súper estrictos. Tengo unos amigos en el sur y ni siquiera pueden ir a pueblos cercanos, es como muy difícil todo». Huracán de fuego “Cisne, Lado Negro” fue el esperado álbum debut de Cancamusa, lanzado en marzo de este 2020 pero que venía siendo anunciado desde el año pasado por cinco singles pertenecientes al álbum más otras cuatro otras canciones que quedaron fuera (‘Pétalos, ‘Neptuna’, ‘Ahora que la Luna explota’ y ‘Paraliza’). Sobre este trabajo, Natti nos cuenta que «es un viaje a mi pasado para retratar situaciones duras de mi infancia que no las había hecho nunca canción. Quería expresar y partir con esa parte oscura. También, tiene un lado no solo personal, sino que también retratar mis vivencias y lo que ha ocurrido en Chile desde octubre. Hay algunas canciones inspiradas en eso». De hecho, ‘Huracán de fuego’ –uno de sus temas más escuchados en Spotify–, «es una canción que aún estoy decifrando, pero habla de una crisis y de la incertidumbre de no saber en quién confiar». Pensado en complicidad junto a su productor Sinclavi (Esteban Zúñiga), “Cisne, Lado Negro” es un disco que propone como un viaje cinematográfico: «como es un viaje a mi pasado, siempre quise que la gente cerrara los ojos y pudiera ver imágenes además de escuchar la música. Mi forma de hacer música siempre se ha relacionado a lo visual, al color, porque cuando niña viví algo que se llama sinestesia, que es relacionar la música a los colores, entonces es como una mezcla de percepciones. Siempre en mis canciones, la melodía está relaciona a un color, nada es al azar. Por eso, en mis videos no trabajo con cualquier paleta de colores. Este dinamismo entre mis percepciones lo trato de llevar en todo el arte relacionado a la música, dentro de lo que puedo. Por eso, a mi propuesta la denomino pop cinemático». A su vez, Natti confiesa que musicalmente sus composiciones tienen muchos elementos de la música de los noventa: «me encantan los beats que vienen del trip-hop. Portishead es una banda que escuché mucho cuando era adolescente. También me gusta agregarle toques de distorsión, ya sea en algunos fills o en guitarras eléctricas simples. Hay una mezcla entre esto, la psicodelia de los setenta y la música minimalista, como (Erik) Satie, que es de la corriente del impresionismo y me encanta». Volviendo al contexto en el que se realizaron estas canciones y en el que estamos viviendo actualmente, «con exceso de información irrelevante pero de desinformación en lo concreto, no sabiendo qué está ocurriendo realmente, no solamente en Chile o Latinoamérica, sino que en todo el mundo», Cancamusa reflexiona en torno al rol que tiene el arte y los músicos en estos tiempos: «es una crisis social, económica, sanitaria, única, global. Y dentro de todo este gran panorama que nos está tocando vivir como generación, la música y el arte, sin duda, como en otras épocas también lo ha sido, es la voz que tenemos para expresarnos». Desde un punto de vista más personal, «la música, en toda mi historia como ser humana, siempre ha sido una forma de expresarme y como un refugio ante situaciones muy difíciles que he vivido desde pequeña. Así, con esa necesidad, nace Cancamusa», revela. No obstante, la artista también señala una preocupación que tiene que ver con el colectivo, con las personas que están alejadas de los privilegios: «no solamente la gente tiene hambre o ha perdido su trabajo, sino que además no se pueden expresar. Estamos viviendo una crisis en todos los aspectos». Una de las falencias que ha develado justamente es la comunicacional. Para Natti, se refleja desde que «prendemos la televisión y vemos notas que no hablan de la verdad, hasta en YouTube, que se está negando mucha información alternativa», sentenciando que «estamos en un momento muy heavy». En este contexto, «la música y el arte deben tomar ese valor hoy en día. O sea, debemos ocupar esta ventana para expresar todo lo dolorosa que está siendo esta situación que además es muy violenta». Paraliza la oscuridad Otra de las situaciones que se develó desde el estallido social en Chile, y luego con las cuarentenas a causa del COVID-19 en Latinoamérica, es la precarización de los trabajadores de la música. Dos datos: el 56% de los músicos considera probable tener que buscar una nueva fuente de ingresos y el 59 de los otros profesionales de la industria gana menos de $166.666 mensuales por su trabajo. Las cifras son parte del diagnóstico realizado por el Observatorio de la Industria Musical Chilena. Al respecto, Cancamusa es clara: «en estos momentos se deja en evidencia aún más la precariedad de la escena musical en los países latinoamericanos y, me imagino que en Chile para la música alternativa no hay un piso fuerte, así que es muy difícil». Sin embargo, la situación de inestabilidad no es algo nuevo Natti: «los artistas siempre hemos buscado distintas formas de trabajar y de sobrevivir de alguna forma en Latinoamérica, tenemos mucha resiliencia con todos estos momentos porque estamos “acostumbrados” a tener trabajo en un periodo de tiempo y después no. Por ejemplo, a mí el año pasado me tocó mucho trabajo, el antepasado no tenía tanto, y este año ya no hay trabajo». Ante la situación compleja en donde se ha visto afectada, justamente su respuesta a esta situación ha sido apelar a su resiliencia, como ella misma lo menciona. La alternativa a la falta de ofertas laborales «me ha llevado a buscar mis formas y, de alguna manera, redescubrirme», lo que se ha traducido en «tomarme en cuenta y comenzar mis proyectos». El consejo de Natti es claro: «es súper importante no abandonarse pese a que uno trabaje con otras personas, o sea, seguir siempre con lo propio», dice. «Queda replantearse y descubrir otras formas y posibilidades que podamos hacer. En mi caso, por ejemplo, no solo ser baterista, sino que también desarrollarme en el canto. Hasta he pensado en hacer algunos programas con ciertos temas que me interesan mucho y así explorar otras cosas». Dime qué sientes cuando ves «Con la crisis social, por lo menos nos teníamos entre todos para compartir y pasar un poco la pena y la rabia. Acá en México nos juntábamos mucho con los artistas nacionales, desde el mismo octubre para apoyarnos, porque fue duro estar lejos, pero ahora ni siquiera podemos hacer eso. He ido a la casa del Rulo para sentir ese cariño de amistad, pero igual tenemos que estar con mascarillas, cuidándonos igual». Cancamusa ha tenido sentimientos encontrados los últimos meses. Pese a que publicó su esperado primer disco, tanto el estallido social y ahora la cuarentena, la tienen agobiada. La restricción de contacto físico y el distanciamiento social no solo la llevarona suspender fechas en vivo, sino que también la tienen en vilo esperando a poder salir. «Yo igual tengo paciencia, pero ya me siento muy agotada por no tener contacto con la naturaleza y por no tener la libertad de salir. No es que salga tanto ni todos los días, pero el no poder hacerlo ningún día, de decir “voy a ir a ver a un amigo”… perder esa libertad de la noche a la mañana, pienso que es muy violenta. En mi caso, se suma a la incertidumbre de no saber cuándo va haber un avión para ir a ver a mi familia. Eso ha sido muy triste». Pese a todo, Natti, desde su encierro, sigue creando y preparando lo que será el segundo volumen de su disco, el “Cisne, Lado Rojo”. – ¿Cómo influyen todos estos sentimientos a la hora de componer? – Influye por completo. Soy una persona que siempre se está cuestionando la vida y, con todo esto que está pasando, me lo cuestiono aún más. Eso inspira mucho mis canciones y la mayoría de las que estarán en “Cisne, Lado Rojo” son temas que he escrito desde la cuarentena. Están pensadas desde el encierro, desde la soledad, desde el ir aprendiendo a vivir con uno mismo, escuchando a todos mis monstruos. También siento que es un reencuentro conmigo misma como cantautora, porque “Cisne, Lado Negro” lo trabajé el año pasado con mi productor a distancia, y tiene un poco ese espíritu de estar en distintos aeropuertos y países, porque era la forma de seguir y terminar el proyecto. Este, de alguna manera, será también a distancia pero más tranquilo, grabado en casa, y donde toco un instrumento nuevo: el cuatro, con el que estoy haciendo las canciones nuevas. Entonces, será mostrar otro lado de mí que estos últimos años no estaba explorando. – ¿Ha cambiado tu forma de componer en este contexto y desde este nuevo instrumento? – Me gusta mucho dejarme llevar por el inconsciente o por los sueños que puedo tener. Cuando me siento a escribir una canción no tengo nada premeditado, me gusta mucho que las cosas fluyan sin pensar y luego voy develando ciertas señales de mi inconsciente y eso me gusta mucho. Hay canciones que sigo descubriendo con el tiempo, como “qué quise decir” o “qué tenía guardado”. Eso me apasiona mucho en el arte. Y me gusta mucho también ocupar elementos en la música y descontextualizarlos o proponerle al oyente que se imagine algo distinto a lo literal. ‘Amor en ocaso’ es el último adelanto entregado por Cancamusa. «Es la canción más minimalista que he escrito», nos revela. «Quería algo sin capas, sencillo». Esta balada a piano y con algunos efectos es todo lo que conocemos de “Cisne, Lado Rojo”, aunque también nos adelanta que el disco tendrá un sonido más latinoamericano, por el uso y la composición desde el cuatro, instrumento de cuerda de origen venezolano en el que diversos artistas nacionales se han volcado, y al que recurrió por “necesidad”: «estoy acostumbrada a la batería y cantar, pero sin un instrumento me sentía vacía e igual me gusta la sensación de estar adelante y compartir con la gente», confiesa. Respecto al futuro próximo, solo hay incertidumbre. «Con Mon aún no se sabe nada, no sabemos cuándo regresarán los conciertos, pero ella está trabajando en un nuevo disco. He grabado algunas cosas con ella, videos de sesiones en vivo que ha estado haciendo, pero solo eso». Pese al panorama desalentador, Cancamusa ve el vaso medio lleno de toda esta situación: «es muy difícil saber ahora lo que se va a hacer, pero eso me ha hecho estar concentrada en un 100% en mi proyecto solista, algo que jamás había hecho en la vida. Me había postergado muchísimo, eso que hago música desde los 16 años y nunca he dejado de hacerla. Tenía que ocurrir una cuarentena para dedicarle tiempo a lo mío». Tags #Cancamusa Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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